Según la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992), nos enfrentamos a un “cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”.
Cuestiones clave:
- El cambio climático supone un cambio en el clima medido en períodos comparables (lo que diferencia la climatología de la meteorología);
- Se trata de un fenómeno natural, que se produce cíclicamente y que, desde la revolución industrial, se ha agravado por la actividad del hombre;
- Existe un reconocimiento unánime en la comunidad científica (y que se ha trasladado a la regulación internacional de la materia) de la responsabilidad de la actividad antropogénica en la aceleración del proceso.
- Tiene efectos globales (que sobrepasan las fronteras de los Estados) sobre las actividades económicas, el medio ambiente y la salud humana. Sin embargo, la localización y el alcance exactos de tales efectos no pueden concretarse. Además, esos efectos son retardados, es decir, las actividades desarrolladas en períodos temporales pasados son las que producen los efectos actuales;
- Desajuste causa-efectos: Los países más desarrollados son los más contaminantes y también los mejor preparados para afrontar los efectos derivados del cambio climático. Por el contrario, los países con menor responsabilidad en las causas del fenómeno, en vías de desarrollo, tienen menor capacidad para responder frente a dichos efectos y serán los que tengan que afrontar los mayores riesgos;
- El Quinto informe del IPCC-Grupo I (AR5, 2013) concluyó que el calentamiento del sistema climático es inequívoco y que su principal causa es la actividad del hombre (con grado de certeza del 95%).
- El informe del IPCC-Grupo II (Marzo 2014) aborda los impactos, la vulnerabilidad y las medidas de adaptación para enfrentarse a ellos.
- España, por su situación geográfica y sus características socioeconómicas es un país muy vulnerable a los efectos del cambio climático.
La última reunión de las Partes en París (COP21), de diciembre de 2015, concluyó con un acuerdo global que entrará en vigor en el año 2020 y que incluye como meta que el aumento de la temperatura del planeta no llegue a 2ºC (3.7ºF), pero intentando que no supere 1.5ºC, lo que resulta indispensable para los estados isleños que, superando esa temperatura media, desaparecerán. Y obliga a los países a presentar compromisos nacionales de reducción de emisiones cada cinco años. De esta forma, aunque las propuestas de disminución sean hoy en día insuficientes, garantiza que la ambición vaya aumentado de forma progresiva.
El sector energético resulta esencial para comprender muchos de los problemas asociados al transversal del cambio climático. De un tiempo a esta parte se está produciendo una transformación del sector, no sólo por la necesaria transición a las fuentes de energía renovables, sino también por la dificultad y necesidad de asegurar el suministro garantizando la racionalización, eficiencia y optimización del sistema.