El término sostenibilidad está ahora más de moda que nunca. Está presente en todos los ámbitos de la vida, desde lo más mundano, en los alimentos que compramos, por ser sostenibles, en el supermercado de nuestro barrio, hasta lo más alto de la política internacional, en los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, que deben guiar las acciones de los gobiernos de todo el mundo.
Jeremy Caradonna, en su magnífico libro, “Sostenibilidad. Una Historia”, recorre la trayectoria del término, desde sus orígenes a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII en Inglaterra y América del Norte, con la aparición de la planificación forestal, hasta la actualidad, momento en el que la sostenibilidad ha ampliado su semántica para abarcar no sólo el aspecto del equilibrio ambiental, sino su combinación con la prosperidad económica y la justicia social, impulsando así un movimiento global que ofrece tanto una manera de entender el reto de la preservación del planeta, como de buscar los medios para lograrlo.